Administrativamente en la Ribagorza aragonesa, esta impressionante masa rocosa es muy visible desde buena parte del Pirineo central y de las sierras y llanuras situadas más al sur. Y cabe decir que a la vez ofrece unas vistas excepcionales de las grandes cumbres que coronan la cordillera, como la Maladeta, el Posets o el Perdiguero.

La travesía que os ofrecemos, con los grandes desniveles y el terreno pedregoso habituales del Prepirineo, pasa por un rico y variado paisaje, con grandes bosques de abetos, de pinos, también de hayas; con prados, con páramos de roca calcárea; con pueblos con encanto, como Ballabriga, Espés, Llert, Sarrate o Bonansa; y con la guinda de un final de etapa en el balneario de Vilas del Turbón.

El recorrido empieza en Bonansa y en la primera etapa, combinando pistas, asfalto y algún tramo de vereda más técnica da casi una vuelta circular al macizo. Al pasar hacia la cara sur os recomendamos, aparte de llevar agua, de hacer una parada en la fuente de San Pedro de Llert, donde, si hace calor podréis hacer una buena remojada en el río. La llegada al balneario, a pesar de ser por asfalto, puede hacer olvidar la dureza y la duración de una etapa espectacular.

El retorno a Bonansa en la segunda etapa, más corta, no está exento de dificultad. Nos ofrece otra vez bosques y prados, pueblecitos, el monasterio de Obarra, pero también el difícil terreno y la fuerte pendiente de la subida a la sierra de Sis, que se verá compensado por la belleza de la parte superior y por la bonita llegada por una buena pista al destino final, con entrada por la zona de la piscina del pueblo como premio.

Esta gran montaña que nos acompaña siempre en el recorrido no nos dejará indiferentes, y a buen seguro que reviviremos el recuerdo de haberla atravesado cada vez que la volvamos a ver.