De Lo Foradot al castillo de Llordà

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Un viaje para saborear los espectaculares paisajes del Prepirineo del Pallars Jussà: los abruptos relieves del Forat d'Abella, popularmente conocido como Lo Foradot, las verticales paredes de la Serra de Carreu o el Forat de Bóixols. Al mismo tiempo el trayecto está pensado para enlazar por arriba la singular y estratégica colina donde se ubica el castillo de Llordà, un edificio construido entre el siglo IX y el XII que fue la residencia de Arnau Mir de Tost, mano derecha del Conde de Urgell, encargado de la conquista del Pallars Jussà.

 

Un viaje para saborear los espectaculares paisajes del Prepirineo del Pallars Jussà: los abruptos relieves del Forat d'Abella, popularmente conocido como Lo Foradot, las verticales paredes de la Serra de Carreu o el Forat de Bóixols. Al mismo tiempo el trayecto está pensado para enlazar por arriba la singular y estratégica colina donde se ubica el castillo de Llordà, un edificio construido entre el siglo IX y el XII que fue la residencia de Arnau Mir de Tost, mano derecha del Conde de Urgell, encargado de la conquista del Pallars Jussà.

Se trata de una ruta de dificultad media-alta que transcurre, excepto el sendero de llegada al castillo, por pistas rodantes y cómodas. El trayecto comienza en Isona y se dirige hacia las esculturales paredes de roca caliza que cierran la Conca Dellà, contrafuertes ponentinos del macizo del Boumort. Se adentra en el exquisito valle dominado por la Sierra de Carreu a través del estrecho desfiladero de altas paredes verticales conocido como Forat d'Abella, paso que ha abierto a lo largo del tiempo el río de Abella en el extremo sur-oeste de la Sierra de Carrànima.

Por un frondoso pinar ganamos altura hasta la Collada de la Sierra del Pi desde donde dominamos el pequeño valle de Bóixols, cabecera incipiente del río Rialb, al sur de la cual se asienta el pequeño núcleo del mismo nombre, justo encima de otro estrecho desfiladero, el Forat de Bóixols.

Desde el pueblo alcanzamos la cima de la Serra Mitjana navegando por un bonito hayedo, punto desde donde bajamos hasta el castillo de Llordà llegando al mismo por un bonito y aéreo sendero. Desde su estratégica ubicación disfrutamos de una magnifica y extensa panorámica de toda la Cuenca, los relieves que la cierran e, incluso, podemos vislumbrar la cima pirenaica del Aneto.

El último tramo de la ruta navega por la fértil llanura entre campos de cultivo pasando por el pequeño nucelo de Masos de Sant Martí, con una bonita y pequeña iglesia románica, siempre bajo la atenta mirada de la robusta silueta del castillo que nos acompaña en todo momento hasta el final de la ruta, un viaje espléndido que recomendamos efusivamente.

Salud y pedal.