Una travesía por los límites al norte de la gran cordillera de los Alpes abarcando tres países, Austria, Alemania y Suiza. Un viaje paisajístico de primer orden que desfila por seductores decorados de regiones como el Tirol, Baviera, Appenzell o Sankt Gallen. 

Un viaje de poco más de una semana que se inicia en la ciudad de Innsbruck, un centro de deportes de invierno con renombre internacional enclavado en el valle del Inn, y que continúa subiendo hacia el hermoso altiplano de Seefeld desde donde se sumerge entre las sierras de Mieming y Wetterstein en la Reserva Natural de Schachen y Reintal coronada por el Zugspitze, el pico más alto de Alemania. El trayecto navega por los despoblados y solitarios paisajes del Parque Natural de los Alpes de Ammergebirge y hace parada en Füssen, mundialmente conocida por sus espectaculares castillos. Siempre a lomos de la bicicleta cargada con las alforjas disfrutamos de los bosques frondosos, mágicos y exhuberante belleza de los Alpes de Allgäu recalando en las inmediaciones del conocido lago de Constanza donde el Rin hace una parada momentánea antes de seguir fluyendo hasta el mar del Norte. Y hacia el final, la fascinación del país helvético llega de forma abrumadora: la belleza de los Alpes de Appenzell da paso al Macizo de Alpstein, pedaleando debajo de uno de sus cimas emblemáticas, el Säntis, y continua con la singular morfología de la cadena montañosa de Churfirste, preludio del final, atalaya sobre el valle de Linth que se abre paso hacia el lago de Zurich cerrando un magnífico viaje en bicicleta.

Todo el trayecto es una compilación de postales de viaje de gran atractivo paisajístico y natural. Paisajes del imaginario colectivo que se tiene de los Alpes. Exuberantes valles teñidos del verde intenso de los prados que, alternando con frondosos bosques donde la luz penetra débilmente, se expanden hasta las cimas de las colinas. Caseríos impolutos y granjas dispersos hasta donde llega la mirada por este territorio bucólico donde el ganado pasta plácida y saludablemente. Imágenes de ambiente pastoral nos acompañan al paso de los pequeños pueblos que encontramos durante el viaje, villas de casas tradicionales recogidas entorno a una iglesia de esbelto campanario. Paisajes de alta montaña, agrestes y abruptos, donde siempre es posible encontrar una cabaña de montaña al pie o en la cima de las verticales paredes, refugio y acogida de senderistas, ciclistas y turistas donde reponer fuerzas y disfrutar de los típicos platos de la gastronomía alpina. Una aventura que sobre la bicicleta magnifica la esencia del verbo viajar. 

Por otra parte, la publicación de la Innsbruck-Zurich conecta con la “Travesía de los Alpes”, la  "De los Alpes a los Pirineos" y “Del Ter al Congost” que desde Zúrich nos permite llegar hasta Barcelona en bicicleta, un proyecto soñado desde los albores de rutabike que ya es toda una realidad. Por último le recomendamos al paso de la travesía, si dispone de días, esta travesía de los amigos de Biciland "El Lago Constanza en bici"