Las bordas del Parque Natural del Alt Pirineu

bordes

 

Las bordas del Pirineo constituyen un patrimonio histórico, arquitectónico y cultural que hay que preservar para las generaciones futuras. Tan solo dentro del Parque Natural del Alto Pirineo hay actualmente contabilizadas más de 450 bordas. La borda era un reflejo y extensión en el medio rural de la casa del pueblo, y de su estatus, para optimizar recursos en el territorio.

 

Normalmente estaban formadas por dos pisos: el superior para la hierba y la paja, y el inferior para el ganado, mientras que el espacio de vivienda humano ocupaba un rincón mínimo. Aunque las bordas eran esencialmente ganaderas sus usos eran también agrícolas ya que también se hacían cultivos de cereales, “trumfes” (patatas) y, en menor porcentaje, legumbres u otros.

La vida en las bordas comenzaba en primavera cuando los hombres subían el ganado a las bordas. Si las condiciones eran malas y todavía había nieve se estabulaban y comían el pasto guardado en el pajar. Si no, pastaban durante las horas de sol y al entrar se les daba un poco de forraje. Las mujeres y los niños y las personas mayores se quedaban en casa y mantenían la estructura doméstica: el ganado pequeño, los cerdos, etc.

Cuando los prados quedaban sin nieve el ganado ya comía más a menudo fuera de la borda. En junio empezaban a trabajar vaqueros, yegüeros y pastores para guardar los rebaños comunales que subían a los pastos de verano. Momento que se aprovechaba para dedicarse a las tareas agrícolas o se rehacían acequias de los terruños. En agosto toda la familia pasaba los días en las bordas dejando desocupada la casa del pueblo. Los hombres se dedicaban a los trabajos de siega mientras las mujeres se ocupaban de la logística y de trabajos como revolver la hierba, ligar gavillas o cuidar del huerto que a menudo tenían junto a las bordas. Jornadas de sol a sol sólo interrumpidas por las horas de las comidas o para ir a alguna fiesta mayor.

En otoño era tiempo de las patatas una vez terminada la cosecha de hierba y cereal y lo que no cabía en las bordas se almacenaba en la casa del pueblo. Normalmente sólo quedaban en las bordas los hombres para dejar las tierras preparadas para el año siguiente y hacer trabajos como estercolar, arar y sembrar.

A principios de noviembre, vaqueros y otros pastores plegaban y el ganado ya volvía a estar bajo la responsabilidad directa de las casas permaneciendo en la montaña hasta que el tiempo invernal obligaba a estabularlo de nuevo en el pueblo donde consumían la hierba y la paja que había almacenada en el pajar, hasta empezar un nuevo ciclo

 

Información extraída del libro " Les bordes al Parc Natural de l’Alt Pirineu" de Cristina Simón y Espinosa editado por el Ecomuseu de les Valls d'Àneu

 

Visitemos las bordas

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AUR 011_Os de Civis

AUR 046_Asnurri

AUR 047_Ars

AUR 048_Sant Joan Fumat

AUR 049_Civís