Maresme MAR 011_Premià de Mar
Parc de la Serralada Litoral. Turó de Buriac. Turó d’en Baldiri
Premià de Mar — Vilassar de Mar — Cabrera de Mar — Castell de Burriac — Coll de Porc — Sant Mateu — Teià — Premià de Mar
Mapa digital Comarcal. Maresme 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
http://srv.icgc.cat/vissir3/
Resumen
Distancia:30 km
Desnivel:850 m
Tiempo:3 h 0 min
Dificultad:media
Ruta de contacto
Castillo de Burriac. El Maresme a vuelo de pájaro
La ruta que proponemos asciende a dos miradores excepcionales del Parque de la Cordillera Litoral: el Turó de Burriac, con los restos del castillo medieval y del Poblado Ibérico de Burriac, y el Turó d'en Baldiri. Dos puntos de referencia desde los que contemplar la geografía de las comarcas del Maresme y del Vallès.
Iniciamos la ruta en uno de los aparcamientos públicos de Premià. Vamos a buscar el paso subterrá... Castillo de Burriac. El Maresme a vuelo de pájaro
La ruta que proponemos asciende a dos miradores excepcionales del Parque de la Cordillera Litoral: el Turó de Burriac, con los restos del castillo medieval y del Poblado Ibérico de Burriac, y el Turó d'en Baldiri. Dos puntos de referencia desde los que contemplar la geografía de las comarcas del Maresme y del Vallès.
Iniciamos la ruta en uno de los aparcamientos públicos de Premià. Vamos a buscar el paso subterráneo que nos permite atravesar la línea férrea. Pedaleamos enganchados a la línea costera hasta el puerto del municipio, punto donde volvemos a atravesar las vías. Y de nuevo las atravesamos cuando nos encontramos a la altura de la Riera de Vilassar. Pedaleamos un nuevo tramo junto al mar por las playas de Vilassar hasta que el camino costero se acaba y nos obliga de nuevo a pasar bajo las vías. Ahora sí, subimos hacia montaña remontando por el lecho seco de la Riera de Cabrera, pedaleando entre grandes extensiones agrícolas y con la mirada puesta en la escarpada y alterosa colina de Burriac, muy cercana y visible desde buena parte del Maresme central con los sus casi 400 m. sobre el nivel del mar.
Atravesamos Cabrera en dirección norte. En el trayecto pasamos junto a las excavaciones de un antiguo horno alfarero romano. El Horno de ca l'Arnau se construyó hacia los años 80-70 aC para fabricar ánforas para envasar el vino y exportarlo en barcos dado que en ese momento, la viticultura ya se había convertido en el principal motor económico de la región layetana.
En lo alto del núcleo continuamos por la pista que sube el área Recreativa de la Font Picant, punto donde comienza la pista que sube al castillo de Burriac. Un trayecto empinado, especialmente en los últimos metros de acceso a la colina donde se ubica el recinto fortificado. Desde el recinto amurallado tenemos un inmejorable punto de vigilancia y control del territorio, con un dominio visual sobre el valle de Cabrera y buena parte de la comarca del Maresme, así como de la riera de Argentona y el collado de Parpers, importante vía de comunicación entre la costa y el interior. Por eso, ya los íberos y después los romanos utilizaron su cumbre como lugar de vigilancia. El castillo está formado por diferentes ámbitos: la torre de homenaje, el patio de armas, la capilla, algunas cámaras, dos cisternas, la zona de almacén y cuadras y el bastión sur.
Deshacemos un tramo de camino y seguimos subiendo hasta alcanzar el collado de la Creu de l’Abella y todavía más arriba, hasta un buen mirador donde la pista se acaba. Tomamos un sendero en ligera subida que conecta con una pista que por la cresta nos llevará hasta Les Planes d'en Boquet, un lugar que ha acogido la presencia humana desde hace más de 5.000 años y que fue un punto de encuentro de las diferentes culturas que han ido configurando este territorio y lugar clave de paso entre la vertiente del Maresme y el Vallès, con unas vistas dominantes sobre el territorio y con zonas llanas que favorecían el cultivo de la tierra. Can Boquet se convierte en un punto clave para interpretar nuestro pasado. Muestras como el dolmen de Can Boquet, los dólmenes de la a Cova de la Granota y de Pau o la necrópolis medieval del Turó d'en Rumpons son un claro ejemplo.
Paramos para contemplar el dolmen de Boquet, el monumento megalítico más destacado del Maresme. También conocido como la Roca de Toni, se trata de un monumento funerario de unos 4000 años de antigüedad donde se enterraban los muertos rodeados de sus pertenencias (armas y joyas). Este tipo de dolmen consta de unas piedras dispuestas en forma de pasillo, que dan acceso a una cámara final cubierta por una única losa muy grande. Todo el conjunto estaba enterrado bajo tierra, y sólo era visible la entrada a través del pasillo.
Muy cerca, en el Turó d'en Rumpons, hay una necrópolis medieval, hay que subir unos 50 metros por un sendero bien marcado que sale del aparcamiento del Dolmen de Can Boquet, en dirección a unos cipreses bajo los cuales están las tumbas. Se trata de siete tumbas de la alta edad media, rectangulares y tipo cista, excavadas en el sablón y andamios con losas de granito.
Continuamos en rápido descenso hasta el ancho collado de la Creu d'en Boquet. Por pista buena y, más tarde un sendero amplio, llegamos a la ermita de Sant Mateu del Bosc. Por el camino encontramos uno de los árboles más bellos del Parque de la Cordillera Litoral, el alcornoque de Can Moliner, que con sus 15 metros de altura ha alcanzado casi el techo de esta especie.
Sant Mateu fue construida, probablemente, para sacralizar una zona pagana; la capilla es un edificio románico documentada desde el año 993. En estado ruinoso en 1498 se debió de restaurar poco y se debió descabezar la nave, ahora bastante corta en relación a el ábside, y con una fachada muy sencilla. Es curiosa la disposición del campanario de espadaña, perpendicular a la fachada. Junto a la capilla se encuentra la vivienda del ermitaño, donde nació el insigne historiador mosén Mas i Domènech, encargado del Archivo Capitular de la Sede de Barcelona (1900-1936).
Continuamos la ruta hasta encontrar la ruta del Meridia Verd, que deja la cresta y marcha hacia el Turó d'en Baldiri, con un excelente mirador donde hay que detenerse para contemplar las panorámicas que desde el mismo se divisan. Barcelona parece muy cerca, la llanura del Maresme con el mar de fondo se extiende a nuestros pies, y detrás de los relieves ondulantes de la Sierra de Marina, las siluetas de las sierras de Sant Llorenç del Munt y el Obac o Montserrat se muestran alterosas y majestuosas.
Desde el mirador volvemos hacia atrás un metros para tomar la pista que en fuerte pendiente nos baja al pueblo de Teià donde nos dejamos caer, siguiendo todavía la ruta del Meridia Verd, hasta la playa. Volvemos al punto de salida pedaleando junto al mar y saboreando la brisa marina.
Septiembre de 2024
CENTROS DE INTERÉS
Yacimiento de ca l'Arnau. Castillo de Burriac. Roca de Toni. Necrópolis de Can Boqué. Sant Mateu del Bosc. Sant Martí de Teià.
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://www.turismemaresme.cat/ca/descubreix/municipis/premia-de-mar
La ruta que proponemos asciende a dos miradores excepcionales del Parque de la Cordillera Litoral: el Turó de Burriac, con los restos del castillo medieval y del Poblado Ibérico de Burriac, y el Turó d'en Baldiri. Dos puntos de referencia desde los que contemplar la geografía de las comarcas del Maresme y del Vallès.
Iniciamos la ruta en uno de los aparcamientos públicos de Premià. Vamos a buscar el paso subterrá... Castillo de Burriac. El Maresme a vuelo de pájaro
La ruta que proponemos asciende a dos miradores excepcionales del Parque de la Cordillera Litoral: el Turó de Burriac, con los restos del castillo medieval y del Poblado Ibérico de Burriac, y el Turó d'en Baldiri. Dos puntos de referencia desde los que contemplar la geografía de las comarcas del Maresme y del Vallès.
Iniciamos la ruta en uno de los aparcamientos públicos de Premià. Vamos a buscar el paso subterráneo que nos permite atravesar la línea férrea. Pedaleamos enganchados a la línea costera hasta el puerto del municipio, punto donde volvemos a atravesar las vías. Y de nuevo las atravesamos cuando nos encontramos a la altura de la Riera de Vilassar. Pedaleamos un nuevo tramo junto al mar por las playas de Vilassar hasta que el camino costero se acaba y nos obliga de nuevo a pasar bajo las vías. Ahora sí, subimos hacia montaña remontando por el lecho seco de la Riera de Cabrera, pedaleando entre grandes extensiones agrícolas y con la mirada puesta en la escarpada y alterosa colina de Burriac, muy cercana y visible desde buena parte del Maresme central con los sus casi 400 m. sobre el nivel del mar.
Atravesamos Cabrera en dirección norte. En el trayecto pasamos junto a las excavaciones de un antiguo horno alfarero romano. El Horno de ca l'Arnau se construyó hacia los años 80-70 aC para fabricar ánforas para envasar el vino y exportarlo en barcos dado que en ese momento, la viticultura ya se había convertido en el principal motor económico de la región layetana.
En lo alto del núcleo continuamos por la pista que sube el área Recreativa de la Font Picant, punto donde comienza la pista que sube al castillo de Burriac. Un trayecto empinado, especialmente en los últimos metros de acceso a la colina donde se ubica el recinto fortificado. Desde el recinto amurallado tenemos un inmejorable punto de vigilancia y control del territorio, con un dominio visual sobre el valle de Cabrera y buena parte de la comarca del Maresme, así como de la riera de Argentona y el collado de Parpers, importante vía de comunicación entre la costa y el interior. Por eso, ya los íberos y después los romanos utilizaron su cumbre como lugar de vigilancia. El castillo está formado por diferentes ámbitos: la torre de homenaje, el patio de armas, la capilla, algunas cámaras, dos cisternas, la zona de almacén y cuadras y el bastión sur.
Deshacemos un tramo de camino y seguimos subiendo hasta alcanzar el collado de la Creu de l’Abella y todavía más arriba, hasta un buen mirador donde la pista se acaba. Tomamos un sendero en ligera subida que conecta con una pista que por la cresta nos llevará hasta Les Planes d'en Boquet, un lugar que ha acogido la presencia humana desde hace más de 5.000 años y que fue un punto de encuentro de las diferentes culturas que han ido configurando este territorio y lugar clave de paso entre la vertiente del Maresme y el Vallès, con unas vistas dominantes sobre el territorio y con zonas llanas que favorecían el cultivo de la tierra. Can Boquet se convierte en un punto clave para interpretar nuestro pasado. Muestras como el dolmen de Can Boquet, los dólmenes de la a Cova de la Granota y de Pau o la necrópolis medieval del Turó d'en Rumpons son un claro ejemplo.
Paramos para contemplar el dolmen de Boquet, el monumento megalítico más destacado del Maresme. También conocido como la Roca de Toni, se trata de un monumento funerario de unos 4000 años de antigüedad donde se enterraban los muertos rodeados de sus pertenencias (armas y joyas). Este tipo de dolmen consta de unas piedras dispuestas en forma de pasillo, que dan acceso a una cámara final cubierta por una única losa muy grande. Todo el conjunto estaba enterrado bajo tierra, y sólo era visible la entrada a través del pasillo.
Muy cerca, en el Turó d'en Rumpons, hay una necrópolis medieval, hay que subir unos 50 metros por un sendero bien marcado que sale del aparcamiento del Dolmen de Can Boquet, en dirección a unos cipreses bajo los cuales están las tumbas. Se trata de siete tumbas de la alta edad media, rectangulares y tipo cista, excavadas en el sablón y andamios con losas de granito.
Continuamos en rápido descenso hasta el ancho collado de la Creu d'en Boquet. Por pista buena y, más tarde un sendero amplio, llegamos a la ermita de Sant Mateu del Bosc. Por el camino encontramos uno de los árboles más bellos del Parque de la Cordillera Litoral, el alcornoque de Can Moliner, que con sus 15 metros de altura ha alcanzado casi el techo de esta especie.
Sant Mateu fue construida, probablemente, para sacralizar una zona pagana; la capilla es un edificio románico documentada desde el año 993. En estado ruinoso en 1498 se debió de restaurar poco y se debió descabezar la nave, ahora bastante corta en relación a el ábside, y con una fachada muy sencilla. Es curiosa la disposición del campanario de espadaña, perpendicular a la fachada. Junto a la capilla se encuentra la vivienda del ermitaño, donde nació el insigne historiador mosén Mas i Domènech, encargado del Archivo Capitular de la Sede de Barcelona (1900-1936).
Continuamos la ruta hasta encontrar la ruta del Meridia Verd, que deja la cresta y marcha hacia el Turó d'en Baldiri, con un excelente mirador donde hay que detenerse para contemplar las panorámicas que desde el mismo se divisan. Barcelona parece muy cerca, la llanura del Maresme con el mar de fondo se extiende a nuestros pies, y detrás de los relieves ondulantes de la Sierra de Marina, las siluetas de las sierras de Sant Llorenç del Munt y el Obac o Montserrat se muestran alterosas y majestuosas.
Desde el mirador volvemos hacia atrás un metros para tomar la pista que en fuerte pendiente nos baja al pueblo de Teià donde nos dejamos caer, siguiendo todavía la ruta del Meridia Verd, hasta la playa. Volvemos al punto de salida pedaleando junto al mar y saboreando la brisa marina.
Septiembre de 2024
CENTROS DE INTERÉS
Yacimiento de ca l'Arnau. Castillo de Burriac. Roca de Toni. Necrópolis de Can Boqué. Sant Mateu del Bosc. Sant Martí de Teià.
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://www.turismemaresme.cat/ca/descubreix/municipis/premia-de-mar