Garrigues GRR 003_Les Borges Blanques
Pla d’Urgell. Espai natural dels Tossals de Torregrossa
Les Borges Blanques — Arbeca — Els Vilars — Miralcamp — Torregrossa — Juneda — Les Borges Blanques
Mapes Comarcals de Catalunya. Garrigues. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
http://srv.icgc.cat/vissir3/
Resumen
Distancia:36 km
Desnivel:230 m
Tiempo:3 h 0 min
Dificultad:media
Ruta de contacto
Fortaleza de los Vilars de Arbeca
Un largo viaje que combina los colores primaverales de los campos de cereales, almendros, olivos y viñedos con el pasado milenario, permitiendo comprender cómo vivían los primeros habitantes de la llanura y cómo, con esfuerzo e inteligencia, construyeron una fortaleza prácticamente inexpugnable: la colosal Fortaleza de los Vilars.
Comenzamos la ruta por el camino de la Font Vella, situada al otro lado de las vías del tren, a un k... Fortaleza de los Vilars de Arbeca
Un largo viaje que combina los colores primaverales de los campos de cereales, almendros, olivos y viñedos con el pasado milenario, permitiendo comprender cómo vivían los primeros habitantes de la llanura y cómo, con esfuerzo e inteligencia, construyeron una fortaleza prácticamente inexpugnable: la colosal Fortaleza de los Vilars.
Comenzamos la ruta por el camino de la Font Vella, situada al otro lado de las vías del tren, a un kilómetro al este del núcleo urbano. Esta fuente natural, que antiguamente abastecía a toda la población, todavía brota regularmente. La fuente, construida con un frontal de piedra a un metro por debajo de la rasante, presenta un espacio escalonado con piedras bien labradas y rasgos neoclásicos: los tres caños están flanqueados por pilastras y coronados por un frontón triangular.
Continuamos por el camino de Arbeca. El pueblo se eleva escalonado sobre un cerro, uno de los pocos en este territorio horizontal. Además de las conocidas arbequinas, pequeñas aceitunas de aroma intenso muy apreciadas en gastronomía, merece la pena subir al núcleo histórico, de reminiscencias medievales, coronado por el castillo que fue residencia de la pequeña corte de los duques de Cardona. Aunque hoy solo se conservan pocas ruinas, se sabe que fue un imponente edificio renacentista con cuatro torres en las esquinas y una gran torre central, con dependencias alrededor de un patio interior. El recinto se extendía hacia el oeste, con otras edificaciones y el acceso principal. Actualmente se conservan fragmentos de la muralla, parte de una torre redonda con base ataludada, el zócalo de otra torre y algunos muros de cimentación construidos con sillares bien tallados.
La joya del municipio de Arbeca, sin embargo, es la fortaleza ibérica de los Vilars. Para llegar basta con seguir el inmenso Canal de Urgell, que serpentea por la llanura aportando agua a este territorio sediento. La fortaleza constituye un conjunto arqueológico excepcional: uno de los yacimientos ibéricos mejor conservados de Europa y único en el panorama peninsular y europeo de la Primera Edad del Hierro y la Cultura Ibérica.
La singularidad de los Vilars reside en su sistema defensivo: murallas reforzadas con doce torres, un campo de piedras clavadas y un foso. También destacaba el control del agua, con un pozo cisterna central que garantizaba suministro incluso en caso de ataque. Todo ello hacía de la fortaleza un lugar prácticamente inexpugnable. Su construcción comenzó en la primera Edad del Hierro, hacia el 775 a.C., por parte de los habitantes locales que más tarde formarían el pueblo ilergete. El emplazamiento, en la llanura y cerca del agua del barranco de l’Aixaragall, suponía un gran esfuerzo constructivo —la piedra procedía de más de 2 km de distancia—, pero permitía levantar una estructura urbanística y defensiva sólida y bien planificada.
Desde la fortaleza, la ruta continúa por la gran llanura, entre cultivos de secano con sus correspondientes chozas, pintados de un verde intenso con pinceladas anaranjadas y rojizas por la floración primaveral. El horizonte parece lejano, solo interrumpido por las sierras del Prepirineo y del Prelitoral (Montañas de Prades y Montsant).
Un camino ancho y transitable nos conduce a Miralcamp, donde sorprende ver grúas de una construcción fallida ocupadas por nidos de cigüeñas, aparentemente permanentes desde hace años. Descendemos por el Tossal de l’Infern, un pequeño cerro rodeado de paisaje agrícola y natural, perteneciente al Espacio Natural de los Tossals de Torregrossa. Este conjunto, formado por los Tossals de l’Infern, de Torregrossa y de Margalef, es testigo de las elevaciones peculiares de los pequeños tossals áridos de la llanura de Lleida, con un relieve suave y tabular constituido por antiguas terrazas fluviales. Conserva fragmentos notables de paisaje natural en contraste con las tierras agrícolas circundantes.
Llegamos a la antigua villa cerrada de Torregrossa, vertebrada por la calle Mayor y con varios elementos patrimoniales, como el portal medieval, el castillo y Cal Ferrer. El siguiente destino es Juneda, donde accedemos al núcleo antiguo con callejones y plazas tradicionales que muestran la evolución urbana a lo largo de los siglos, entrando por el portal Lamarca, probablemente el principal acceso histórico. Continuamos por un paisaje agrícola hasta el destino final de la ruta, ahora con los modestos relieves de la Sierra de Vilobí como telón de fondo.
Marzo de 2025
CENTROS DE INTERÉS
Castillo de Arbeca. Sant Jaume de Arbeca. Fortaleza de los Vilars. Sant Miquel de Miralcamp. Santa María de Torregrossa. Sant Martí de Juneda
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://turismeborgesblanques.cat/
Un largo viaje que combina los colores primaverales de los campos de cereales, almendros, olivos y viñedos con el pasado milenario, permitiendo comprender cómo vivían los primeros habitantes de la llanura y cómo, con esfuerzo e inteligencia, construyeron una fortaleza prácticamente inexpugnable: la colosal Fortaleza de los Vilars.
Comenzamos la ruta por el camino de la Font Vella, situada al otro lado de las vías del tren, a un k... Fortaleza de los Vilars de Arbeca
Un largo viaje que combina los colores primaverales de los campos de cereales, almendros, olivos y viñedos con el pasado milenario, permitiendo comprender cómo vivían los primeros habitantes de la llanura y cómo, con esfuerzo e inteligencia, construyeron una fortaleza prácticamente inexpugnable: la colosal Fortaleza de los Vilars.
Comenzamos la ruta por el camino de la Font Vella, situada al otro lado de las vías del tren, a un kilómetro al este del núcleo urbano. Esta fuente natural, que antiguamente abastecía a toda la población, todavía brota regularmente. La fuente, construida con un frontal de piedra a un metro por debajo de la rasante, presenta un espacio escalonado con piedras bien labradas y rasgos neoclásicos: los tres caños están flanqueados por pilastras y coronados por un frontón triangular.
Continuamos por el camino de Arbeca. El pueblo se eleva escalonado sobre un cerro, uno de los pocos en este territorio horizontal. Además de las conocidas arbequinas, pequeñas aceitunas de aroma intenso muy apreciadas en gastronomía, merece la pena subir al núcleo histórico, de reminiscencias medievales, coronado por el castillo que fue residencia de la pequeña corte de los duques de Cardona. Aunque hoy solo se conservan pocas ruinas, se sabe que fue un imponente edificio renacentista con cuatro torres en las esquinas y una gran torre central, con dependencias alrededor de un patio interior. El recinto se extendía hacia el oeste, con otras edificaciones y el acceso principal. Actualmente se conservan fragmentos de la muralla, parte de una torre redonda con base ataludada, el zócalo de otra torre y algunos muros de cimentación construidos con sillares bien tallados.
La joya del municipio de Arbeca, sin embargo, es la fortaleza ibérica de los Vilars. Para llegar basta con seguir el inmenso Canal de Urgell, que serpentea por la llanura aportando agua a este territorio sediento. La fortaleza constituye un conjunto arqueológico excepcional: uno de los yacimientos ibéricos mejor conservados de Europa y único en el panorama peninsular y europeo de la Primera Edad del Hierro y la Cultura Ibérica.
La singularidad de los Vilars reside en su sistema defensivo: murallas reforzadas con doce torres, un campo de piedras clavadas y un foso. También destacaba el control del agua, con un pozo cisterna central que garantizaba suministro incluso en caso de ataque. Todo ello hacía de la fortaleza un lugar prácticamente inexpugnable. Su construcción comenzó en la primera Edad del Hierro, hacia el 775 a.C., por parte de los habitantes locales que más tarde formarían el pueblo ilergete. El emplazamiento, en la llanura y cerca del agua del barranco de l’Aixaragall, suponía un gran esfuerzo constructivo —la piedra procedía de más de 2 km de distancia—, pero permitía levantar una estructura urbanística y defensiva sólida y bien planificada.
Desde la fortaleza, la ruta continúa por la gran llanura, entre cultivos de secano con sus correspondientes chozas, pintados de un verde intenso con pinceladas anaranjadas y rojizas por la floración primaveral. El horizonte parece lejano, solo interrumpido por las sierras del Prepirineo y del Prelitoral (Montañas de Prades y Montsant).
Un camino ancho y transitable nos conduce a Miralcamp, donde sorprende ver grúas de una construcción fallida ocupadas por nidos de cigüeñas, aparentemente permanentes desde hace años. Descendemos por el Tossal de l’Infern, un pequeño cerro rodeado de paisaje agrícola y natural, perteneciente al Espacio Natural de los Tossals de Torregrossa. Este conjunto, formado por los Tossals de l’Infern, de Torregrossa y de Margalef, es testigo de las elevaciones peculiares de los pequeños tossals áridos de la llanura de Lleida, con un relieve suave y tabular constituido por antiguas terrazas fluviales. Conserva fragmentos notables de paisaje natural en contraste con las tierras agrícolas circundantes.
Llegamos a la antigua villa cerrada de Torregrossa, vertebrada por la calle Mayor y con varios elementos patrimoniales, como el portal medieval, el castillo y Cal Ferrer. El siguiente destino es Juneda, donde accedemos al núcleo antiguo con callejones y plazas tradicionales que muestran la evolución urbana a lo largo de los siglos, entrando por el portal Lamarca, probablemente el principal acceso histórico. Continuamos por un paisaje agrícola hasta el destino final de la ruta, ahora con los modestos relieves de la Sierra de Vilobí como telón de fondo.
Marzo de 2025
CENTROS DE INTERÉS
Castillo de Arbeca. Sant Jaume de Arbeca. Fortaleza de los Vilars. Sant Miquel de Miralcamp. Santa María de Torregrossa. Sant Martí de Juneda
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
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