Osona OSO 074_Espinelves

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Espai Natural de les Guilleries-Savassona

Espinelves — Sant Sadurní d’Osormort — Vallclara — Sant Hilari Sacalm — Collsabena — €spinelves
Mapa digital Comarcal. Osona. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
http://srv.icgc.cat/vissir3/

El mágico otoño del Collsacabra

Ruta diseñada por los organizadores de la Gravel Vallclara, una ruta gravel de espíritu lúdico que nos transporta por paisajes de bosques desbordantes, donde pinos, robles, hayas, castaños y abetos americanos se alzan imponentes, creando un entorno cautivador. Un viaje envueltos en una belleza delicada, especialmente al atravesar la hayeda entre Vallclara y Sant Hilari, un tramo encantador que reconforta el alma del viajero.

En Esp...
El mágico otoño del Collsacabra

Ruta diseñada por los organizadores de la Gravel Vallclara, una ruta gravel de espíritu lúdico que nos transporta por paisajes de bosques desbordantes, donde pinos, robles, hayas, castaños y abetos americanos se alzan imponentes, creando un entorno cautivador. Un viaje envueltos en una belleza delicada, especialmente al atravesar la hayeda entre Vallclara y Sant Hilari, un tramo encantador que reconforta el alma del viajero.

En Espinelves, conocido por su feria del abeto, seguimos la antigua carretera hasta Sant Sadurní d’Osormort. Antes de continuar, vale la pena detenerse y visitar su iglesia parroquial. En el interior se descubrieron pinturas murales románicas —un Pantocrátor y diversas escenas bíblicas—, aunque hoy los originales se conservan en el Museo Episcopal de Vic. Justo al lado encontramos la gran casa Masferrer, una masía considerada una de las muestras más destacadas del setecentismo rural catalán, con arquitectura señorial y una decoración repleta de detalles que evocan un periodo de notable prosperidad.

Sin dejar la carretera, llegamos a Bojons. El camino se adentra entre la vegetación frondosa que cubre las laderas del encantador río Major. Pronto cruzamos su curso de aguas limpias y transparentes, que nacen en el macizo del Montseny y se abren paso por las Guillerías. Lo hacemos por el puente románico de Malafogassa, esbelto y elegante, que antiguamente formaba parte del camino Real que unía Vic con Girona.

Iniciamos una larga subida hasta Vallclara, rodeados de un bosque denso y sombrío, donde la luz del sol se filtra tímidamente entre las hojas. El aire fresco de la umbría nos acompaña mientras avanzamos, y de vez en cuando pequeñas rendijas nos ofrecen vistas hacia el norte: en primer plano, los majestuosos acantilados de Tavertet, teñidos de rojos y ocres, se alzan imponentes desde las tranquilas aguas del pantano de Savassona; y más allá, como telón de fondo, los picos nevados que cierran las cabeceras del Ter.

Llegamos a Vallclara, situado en el corazón de las Guillerías, un magnífico lugar de espacios abiertos en plena naturaleza. En los años setenta, un grupo de inversores decidió construir allí una urbanización de lujo y un gran hotel llamado Don Juan de Serrallonga, que llegó a acoger conciertos y espectáculos con artistas de renombre. Afortunadamente, la urbanización nunca prosperó. Hoy sólo quedan los vestigios de un fantasmagórico hotel, y Vallclara sigue siendo un paraje natural y tranquilo, con el eco de lo que debía ser un gran proyecto.

Iniciamos el tramo, probablemente el más bello de la ruta, por una pista que nos lleva a Sant Hilari Sacalm, rodeados de una hayeda mágica. De repente, el bosque se transforma en un lienzo de colores cálidos: hojas doradas, naranjas y rojas cubren el suelo y rompen el silencio crujiente al paso de las bicicletas. Los rayos de sol atraviesan las ramas desnudas, dibujando un sutil juego de luces y sombras que hace especial cada rincón. Un tramo inspirador y delicioso, que reconforta el alma del viajero.

En Sant Hilari iniciamos el retorno hacia el punto de partida. El trayecto serpentea por las laderas densamente pobladas de bosques del Turó de la Tallada, donde aparecen nuevos alicientes: el abeto Douglas, importado de América y plantado hace setenta años, convive con la vegetación autóctona y se alza imponente, creando un entorno cautivador. Les acompañan los castaños desnudos, que aportan un toque de misterio y encanto al paisaje. Navegamos por rincones solitarios de gran belleza y cruzamos arroyos que susurran entre las piedras. Inmersos en este ambiente de paz, llegamos a Collsabena, donde los caminos se vuelven más rodadores y nos permiten avanzar con comodidad hasta Espinelves.

Noviembre de 2025

CENTROS DE INTERÉS
Sant Sadurní d’Osormort. Casal Masferrer d’Osormort. Vallclara.

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